La Justicia investiga 13 estafas cometidas en los últimos meses por 135.000 dólares y 337.000 pesos. Una persona quedó imputada y con pedido de captura. Secuestraron dinero en efectivo, celulares y elementos de interés para la causa.
Las estafas telefónicas a modo “cuentos del tío” son una de las principales preocupaciones de la Fiscalía de Delitos Económicos y en el marco de una investigación que reunía a trece hechos pudieron identificar a una persona de la comunidad gitana en Mar del Plata que tenía el rol de “recolector” del dinero, mientras que los llamados para engañar a las víctimas provenían de Misiones.
Estos trece casos son parte de dos causas investigadas por el fiscal David Bruna, por un total de 135.000 dólares, 337.000 pesos y 600 euros, de estafas cometidas durante el aislamiento social preventivo y obligatorio que, como pasó en otros hechos, encuentra a miembros de la comunidad gitana como los principales sospechosos.
El fiscal Bruna pudo determinar que esta banda de estafadores operaba desde Misiones, donde realizaban las llamadas para conseguir a las víctimas. En todos los casos la mecánica fue la misma: desde la ciudad de Oberá, Misiones, una mujer llamaba a números fijos de Mar del Plata y, para engañar a las víctimas, simulaba ser un familiar de ellas. Durante la charla les explicaba que tenía disfonía y que por eso tenía la voz “diferente”.
Al entrar ya en confianza, la mujer le explicaba a las víctimas -preferentemente ancianos- que por la crisis financiera los billetes que guardaban en sus casas corrían algún tipo de riesgo, en el engaño dólares o pesos podían salir de circulación por diferentes motivos: numeración baja que quedaría obsoleta, cambió de billetes de animales a próceres o cualquier otro argumento.
Finalmente, la mujer le decía a las víctimas que un amigo de ella, contador, pasaría en minutos a buscar el dinero y, prácticamente sin cortar la comunicación, el hombre llegaba a la puerta, recogía los billetes y se marchaba.
Los investigadores hicieron un trabajo minucioso al comparar cada testimonio, la descripción de la voz de la mujer, de la fisonomía del hombre que buscaba el dinero, el rastreo de llamada y el análisis de las cámaras de seguridad. De esta manera pudieron concluir que el recolector del dinero era miembro de la comunidad gitana y vivía en una casa de Primero de Mayo y Formosa mientras que, los llamados, eran siempre de Oberá, Misiones.
De esta manera, el fiscal Bruna solicitó órdenes de allanamientos tanto para la casa del sospechoso en Mar del Plata como para una en Misiones, también de la comunidad zíngara, y las medidas fueron realizadas por personal de la Policía Federal.
En la casa de Primero de Mayo y Formosa, el personal de la Policía Federal no halló al principal sospechoso. En el lugar secuestraron unos 18.000 pesos, celulares y documentación de interés para la causa. En Oberá el procedimiento fue similar y las fuerzas federales incautaron elementos probatorios y teléfonos para futuras pericias.
Consultado por LA CAPITAL, el fiscal Bruno explicó que el principal sospechoso de recolectar el dinero de las víctimas se encuentra imputado y con pedido de captura, mientras que de Misiones aún no hay personas imputadas, pero no descarta que en los próximos días, tras el análisis de los elementos secuestrados se avance en ese sentido.